UNA BREVE GUIA SOBRE LA CONCIENCIA. HABLEMOS DEL ELLO, EL YO Y EL SUPERYO

Una breve guía sobre la conciencia: hablemos del ello, el yo y el superyó


No hay nada más complejo que la conciencia humana. De hecho, nuestro cerebro posee tantas neuronas que si las llegásemos a juntar para formar una línea, su extensión alcanzaría la distancia que hay entre la tierra y la luna. Sorprendente, ¿cierto?

Para intentar explicar cómo funciona el cerebro, el famoso psicólogo Sigmund Freud desarrolló la Teoría del Psicoanálisis.

Según esta disciplina, la mente está formada por el Ello, el Superyó y el Yo. Estos conceptos son antagónicos entre sí. Además, cada uno de ellos no tiene forma física, pero sí funciones bien definidas. Por ejemplo, entender cómo funciona el Yo te permite comprender qué es el ego y cómo puede afectar tu comportamiento.

Para que amplíes un poco más estos conceptos, en esta breve guía hablaremos del Ello, el Yo y el Superyó.

Las 3 INSTANCIAS PSÍQUICAS que plantea Sigmund Freud

El planteamiento de Freud se basa en que la personalidad humana surge del conflicto que ocurre entre sus deseos primitivos y los límites sociales. Es decir, los procesos psíquicos se producen como resultado de un conflicto interior en el ser humano para tratar de encontrar su equilibrio emocional.

Esto dio paso al enfoque psicodinámico que explica la personalidad como resultado de una dinámica constante en la psique, en donde una parte quiere anteponerse sobre la otra.

Dejando a un lado los términos tan abstractos, es conveniente plantearse estas preguntas: ¿en qué se basa esa lucha que ocurre en la mente?, ¿cuáles son los motivos y los intereses que causan esta lucha interior?

Para dar respuesta a esto, hay que definir los conceptos de los 3 sistemas que, según Freud, interactúan entre sí: Ello, Yo y Superyó.

El Ello

Freud sostenía que el Ello es la estructura de la psique que aparecía en primer lugar. Está presente desde que el nacimiento, por eso, va a manifestarse libremente durante los primeros meses de vida.

El Ello es un ente netamente primitivo, es decir, se mueve por instintos, emociones y pasiones. Su fin único es conseguir el placer y hará todo para lograrlo. Además, no permite el desarrollo de la autodisciplina, porque se basa en las pulsiones primarias.

Esta instancia tiene poco control sobre las acciones que deba ejecutar para alcanzar satisfacer sus deseos. Esto hace que se considere como parte del cerebro reptiliano del ser humano, el cual solo obedece a los instintos más básicos.

Siempre va a estar en conflicto con las instancias del Yo y el Superyó, porque no lo dejan manifestarse a plenitud.

El Yo

El Yo es la instancia mediadora. Surge a partir de los 2 años y se diferencia del Ello porque no se guía por los instintos, sino por la realidad que vive.

LAS 3 INSTANCIAS SIQUICAS DE SIGMUND FREUD
imagen tomada de BBC New Mundo

Por ende, el Yo es el que ayuda a mediar entre la pasión y las normas morales al permitir a los individuos analizar las consecuencias de entregarse sin inhibiciones a los deseos. Esto hace que se aplaquen las pulsiones que surgen de los instintos primitivos.

Estaríamos hablando de un mecanismo de defensa mediante el cual el individuo evita que el Ello tome el control, o que el Superyó se adueñe de la personalidad con su carácter sumamente restrictivo.

El problema surge cuando el Yo se ha adaptado a condiciones de supervivencia basadas en la ansiedad y el dolor, porque puede dar paso al ego descontrolado. Es decir, él puede guardar recuerdos y emociones pasadas.

El YO también se encarga de defender la mente de ataques externos usando el contenido que almacena en el subconsciente.

El Superyó

Para Freud, esta instancia aparece a los 3 años. Es consecuencia de la socialización, y es un ente aprendido como producto de las conductas sociales adquiridas en el entorno y la familia. 

El Superyó va a presionar para que el individuo alcance su máximo perfeccionamiento. El Superyó se enfrenta al Ello y aconseja al YO.

Siempre se va a enfocar hacia el deber ser, al moralismo y a la vigilancia de las conductas sociales para tratar de encajar.

Ejemplos del Yo, el Ello y el Superyó

Como se trata de abstracciones, a grandes rasgos se podría decir que algunos ejemplos de estas instancias serían los siguientes:

  • Los deseos de cumplir las fantasías provienen del Ello, pero el Yo y el Superyó van a influenciar en gran medida para negociar los límites aceptables.
  • Las personas conflictivas y egocéntricas suelen dejarse dominar por el Yo. Por eso, siempre se manifiestan de manera proyectiva.

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Cómo se EQUILIBRAN el Ello, el Yo y el Superyó

La teoría psicodinámica plantea que todos los individuos poseen estas 3 instancias y que son esenciales para los procesos mentales.

No obstante, cuando el conflicto entre ellas es tan fuerte pueden ocurrir desequilibrios internos que conducen, inclusive, a algunas psicopatologías.

Por ejemplo, si el Superyó llegara a imponerse por encima de las otras instancias ocurriría una represión tal de la conducta, que se puede caer en una crisis de histeria.

Asimismo, si el Ello se impone se daría paso a una sociopatía en la cual la persona buscaría a toda costa saciar sus instintos.

En esos casos, es conveniente buscar el equilibrio de estas fuerzas a través del psicoanálisis.

Hay que tomar en consideración que las personas más equilibradas no son las que ignoran a estas instancias, sino las que aprenden a encausar sus pensamientos y se apoyan en la autodisciplina.

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