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¿Cómo Resolver Conflictos, con cuatro Técnicas Efectivas?


Para empezar, en nuestra vida diaria siempre tenemos contacto con una gran variedad de personas, bien sea en el ámbito profesional o personal, y en virtud de que todos pensamos de manera diferente; se presenta, con cierta frecuencia; el hecho de entrar en discusiones o también llamados conflictos.

Dichos conflictos, tienen incidencia directa en el desempeño de nuestro comportamiento. Sin importar en qué campo se presente, tienen un elemento en común: “la interrelación con otras personas”. Por lo que cualquier tipo de solución o técnica al respecto, debe considerar la forma en que nos comuniquemos con las demás personas.

A tales efectos, hemos recopilado para ti cuatro efectivas técnicas de resolución de conflictos.. Estas, aplicadas de forma adecuada, te permitirán no sólo resolver cualquier conflicto actual sino también evitar otros futuros.

¿Para qué necesitamos aplicar o conocer técnicas para Resolver Conflictos?

¿Para qué necesitamos aplicar o conocer técnicas para Resolver Conflictos?

En cualquier campo o aspecto de nuestras vidas, tenemos algún objetivo que cumplir, para lo cual el flujo de proceso necesario para pasar de una estado “A” (punto de partida) hasta un estado “B” (meta), requiere la ejecución de ciertas tareas, las que, a su vez, necesitan tomar decisiones que bien o mal pueden afectar a otras personas.

Es allí, donde pueden presentarse los conflictos, cuando alguna de nuestras decisiones afectan a otras personas, en distintos niveles y diverso aspectos (económico, personal, laboral, entre otros), por lo que la parte afectada evitará, o al menos lo intentará; que llevemos a cabo las tareas que requerimos para llegar a nuestra meta.

Tal intento, obviamente; obstaculiza o retrasa el momento de cumplir con nuestro objetivo. Es por ello que las técnicas de resolución de conflictos, vienen a cumplir la función de poder aligerar el flujo de proceso antes mencionado, permitiendo llegar a nuestra meta en el menor tiempo posible y sin mayores consecuencias que podamos lamentar.

En resumen, cualquier técnica de resolución de conflictos, persigue el objetivo de que podamos cumplir nuestra meta, en cualquier ámbito de nuestras vidas, tal y como lo hemos mencionado anteriormente.

A continuación, nos pasearemos por las siguientes conocidas y efectivas técnicas de resolución de conflictos:

  • Evitar.
  • Acuerdos.
  • Compromiso entre las partes.
  • Colaboración.

Siendo que, cada una de ellas, tienen un gran potencial de resolver cualquier tipo de conflictos, sin importar las circunstancias en que se nos presente.

Técnica de resolución de Conflictos: Evitar

En muchos casos, hemos escuchado que las medidas preventivas son las de mayor preferencia. Antes de que se pueda presentar cualquier problema, enfoque este en el que está basada la presente técnica conocida como “Evitar” o evitación de la discordia o discusión.

No obstante, como en cualquier posible solución, el mismo no se puede aplicar en todos los casos. Por lo que se debe considerar la realidad en particular de cada conflicto, e incluso el tipo de personalidad de aquellas personas involucradas.

La técnica de Evitar, por lo general consiste en no intervenir en alguna situación ya activa de conflicto, o que esté latente por iniciarse alguna discusión. Ni en las que la naturaleza del caso, nos permite tener cierto grado de certeza que el conflicto pueda resolverse por sí sólo sin llegar a escalar o tener mayores consecuencias.

En tal caso, el hecho de intervenir puede agregar un factor o detonante que agrave el conflicto, y nuestra ausencia o decisión de no entablar la discusión, puede ser el mejor remedio, para evitar herir susceptibilidades con algún comentario que afecte a otras personas o la parte afectada.

Inclusive, si el posible conflicto, tiene consecuencias de poca o nula importancia, se puede sugerir evitar la intervención, y que sea el tiempo o el normal desempeño del proceso, el que se encargue de solucionar algún inconveniente.

Sin embargo, debemos insistir que, esta técnica no siempre funciona para todos los casos, ya que, puede ser que la decisión de no “no hacer nada” permita que un conflicto naciente, aumente su intensidad y por ende, tenga consecuencias que lamentar de mayor envergadura que pudieron evitarse con nuestra intervención.

Es cuestión, que se haga un balance de ciertos factores, entre los que podemos destacar los siguientes:

  • Tipo de personalidades de aquellos integrantes de potencia conflicto: como ya hemos mencionado, en cualquier plano (profesional o personal), el elemento en común son las interrelaciones entre las personas.

Por lo que es inevitable tomar en cuenta el factor humano o referido al comportamiento de cada quién, lo cual pasa por el tipo de personalidad, pudiendo ser extrovertida o introvertida, siendo esta última adaptable a la presente técnica de “evitar”

  • Nivel de severidad de las posibles consecuencias del conflicto: si las posibles consecuencia son pocas o nulas, es aconsejable no intervenir en el mismo, ya que con ello se elimina el riesgo de realizar algún comentario, aunque sea de forma involuntaria; que pueda ser tomado como dañino o intencional, por la contraparte, y que la discusión se escale a un mayor nivel de consecuencias.

En otras palabras, evitaremos “avivar el fuego” del conflicto.

  • Disponibilidad de tiempo: por lo general, si el proceso para llegar a nuestra meta, posee cierta holgura, en cuanto a tiempo se refiere; podemos dejar que la solución nos llegue transcurridos algunos días, siempre de manera prudente y que se cumpla la primera premisa que las consecuencias inmediatas sean pocas.

En síntesis, la aplicación de la presente técnica de resolución de conflictos, basada en “evitar” debe decidirse mediante un proceso de evaluación integral que tome en cuenta, al menos; los factores o aspectos señalados en líneas predecesoras, para asegurar una eficiente solución al conflicto o discusión.

Técnica de resolución de Conflictos: Acuerdos

El fin último de cualquier flujo de proceso, es llegar a una determinada meta, y en el camino algunas personas estarán o no de acuerdo, con ciertas decisiones o tareas a ejecutar.

Sin embargo, puede darse el caso que algunos participantes estén de acuerdo con el objetivo final, pero no lo estén con ciertas etapas o forma de llegar a dicha meta, momento en el cual surge la discusión o conflicto.

Y es allí, donde se deben considerar en cuáles tareas específicas sí existe un consenso o punto de encuentro en común, para desde dicho punto partir a la solución de las discrepancias y lograr el objetivo general o meta del proceso en cuestión.

Dicho de otra manera, es la aceptación de todas las partes, que no todo está malo, y que todos ven los aspectos positivos en determinadas tareas, aunque sigan existiendo diferencias de opinión.

Es una forma de dar crédito a la otra persona o contraparte, que tiene ideas de valor que hasta coinciden con las nuestras, y mejorar, en principio la armonía en el grupo, lo que se traduce en un mejor panorama en aras de encontrar la solución en aquellos puntos en los que no coinciden.

Ahora bien, aunque encontrar o generar un ambiente en armonía, no soluciona la traba o discusión que dio origen al conflicto, si aumenta la probabilidad de encontrar la solución definitiva, ya que las partes no estarán, o al menos en menor grado; predispuestas a las opiniones distintas.

En otras palabras, esta técnica de resolución de conflictos, representa una base donde se establecen acuerdos que, aunque no son los definitivos para resolver la discusión; allanan el camino hacia el objetivo final de eliminar la traba en todo el proceso.

Técnica de resolución de Conflictos: Compromiso entre las partes

Debemos recordar en todo momento que, en todo proceso, pueden intervenir una amplia variedad de criterios, que impiden la mayor celeridad para lograr el objetivo o meta en el menor tiempo posible y con altos índices de eficacia, eficiencia y efectividad.

Además, si todos los participantes, tienen el mismo fin u objetivo, es evidente que cada quien requiere obtener alguna ganancia como fruto de un determinado proceso, por lo que deberá estar dispuesto a ceder en algunas de sus exigencias para asegurar el logro del bien general o meta definitiva.

Lo anterior, bien puede lograrse mediante un compromiso o acuerdo intermedio, que sin llegar a cumplir todos los requerimientos o exigencias de todas las partes, pueden permitir que el proceso fluya hacia adelante.

Dicho compromiso, se basa en que el fin en común, está por encima de cualquier diferencia que pueda existir en todo el proceso, y aunque los participantes no queden satisfechos al 100 %, no deben perder de vista el objetivo general.

La presente técnica, basada en el compromiso de respetar algunas decisiones o tareas, consideradas como de punto intermedio, permiten que el proceso avance, no a la velocidad óptima o deseada pero que al menos no quede estancado.

Así mismo, el respeto a ciertos compromisos, se puede traducir en una disminución de la intensidad del conflicto e inclusive visualizar la dinámica –en tiempo real- de cómo funciona una posible solución, antes de llegar a la opción definitiva.

De igual forma, mientras se implementan decisiones, previamente establecidas en compromisos entre todas las partes, se obtiene cierta ganancia de tiempo, para por un lado, no paralizar del todo el proceso, y por otro lado visualizar una solución más completa y mejorada que pueda dar mayor cumplimiento a todos los requerimientos.

Al mismo tiempo, este tipo de técnica, nos permite visualizar cómo funciona una propuesta o potencial solución, en el mundo real, más allá de la teoría o planteamiento hechos en papel.

Técnica de resolución de Conflictos: Colaboración

Teniendo en cuenta que, los conflictos, en muchas ocasiones llegan a cierto punto en que las partes no tienen la intención de ceder en ninguna de sus pretensiones o exigencias, lo que se conoce como “punto muerto”, bien sea por desconocer posibles soluciones o simplemente por predisposición a la aceptación del puntos de vista de su contraparte.

Por tanto, se puede presentar el hecho que la única forma de avanzar en el proceso de dar con la mejor solución del conflicto, es obtener una ayuda de un “externo” que cumpla la función de mediar entre las partes y destrabar el proceso.

Siendo que, tal mediador o colaborador, tiene principalmente las siguientes ventajas:

  • En principio, se debe buscar una colaboración imparcial, que no tenga intereses ni preferencias por ninguna de las partes en conflicto, de tal manera que la solución definitiva no menoscabe la integridad de la otra, y que al mismo tiempo si representa una opción viable que ofrezca ganancias equitativas.
  • Una visión más fresca: es posible que las partes, en el ardor de la discusión, hayan dejado pasar posibles soluciones, que pudieron terminar con el conflicto y llegar a feliz término; por lo que un agente externo, sin contaminación pueda ofrecer un punto de vista distinto que logre un acuerdo entre las partes.
  • Experiencia: si el agente externo encargado de dar la colaboración de mediación entre las partes, ha formado parte de otros grupos de decisión, o inclusive que domine el tema, respecto al cual se suscita la discusión o conflicto; el proceso o las partes recibirá un plus en cuanto a soluciones que las partes no hayan visualizado por posible falta de conocimiento.

¿Vale la pena aplicar técnicas de resolución de conflictos?

En conclusión, hemos visualizado que las diversas técnicas de resolución de conflictos, arriba descritas, tienen diversos procedimientos y circunstancias de aplicabilidad, lo que dependerá de algunos factores, tales como tiempos disponibles, personalidades de los participantes, niveles de consecuencia, etcétera.

Y sí, es recomendable aplicar alguna técnica de resolución de conflictos, siempre de manera prudente, ya que la misma se traducirá en el logro del objetivo final que, a su vez representará ganancias para las distintas partes que intervienen en un determinado proceso.

Por otra parte, se debe considerar que en cualquier conflicto, alguna de las partes o todas en conjunto, deberán estar dispuestas hacer ciertas concesiones en aras de un bien mayor o común, ya que es poco probable poder cumplir todas las exigencias al 100 % de cada parte por separado.

Para finalizar, en cualquier proceso o técnica de solución de conflictos, siempre debe existir en primera instancia la buena voluntad de las partes, lo que, sin lugar a dudas, permitirá una solución que permite el mayor grado de ganancias para todos y de forma equitativa.

Muchas gracias por llegar hasta aquí y….

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