La capacidad para alcanzar las metas depende en gran medida de la organización. Tú puedes escoger entre transitar un camino con planificación y control o ir como barco sin dirección esperando encontrarse con un puerto en su recorrido.
Una de las conversaciones más comunes entre las personas se suele centrar en su incapacidad de cumplir con los objetivos propuestos. Inclusive, hay quienes se desaniman y hasta abandonan la carrera.
En el libro de Stephen Covey, los hábitos de las personas altamente efectivas, se menciona que muchas personas suelen desperdiciar su potencial porque no tienen un objetivo claro hacia donde dirigirse. Es como si navegarán por el inmenso océano sin una brújula o un mapa pretendiendo llegar a un lugar idílico.
Pero en vez de culparte por no cumplir lo que te propones, empieza a cambiar desde ya tus paradigmas para que alcances la vida que mereces.
Con la intención de ayudarte, aquí verás cómo organizar metas y objetivos personales prometedores, de tal forma que sea un plan factible, realista y alcanzable.
¿Cuáles son tus objetivos personales?
Empecemos por allí. Si no sabes hacia dónde vas, entonces ¿cómo vas a llegar?
Planificar las metas y objetivos personales es el primer paso para orientar el camino. Si eres de las personas que se ha planteado, por ejemplo, aumentar su capital este año, pero gastas y gastas más de lo debido, ¿con ese tipo de acciones crees que lograrás alcanzar tus objetivos? Esto por colocar un sencillo caso.
Más allá de establecer objetivos personales de forma impulsiva, primero es importante conocerse. Responde algunas preguntas para conocer tu potencial:
- ¿En qué eres bueno?
- ¿Cuál es tu debilidad?
- ¿Qué te motiva?
- ¿Qué te apasiona?
- ¿Dónde te gustaría verte en 2 a 5 años?
Hay estudios psicológicos que demuestran que las personas que consiguen sus metas lo logran hacer porque siempre poseen un enfoque claro hacia donde dirigirse desde el comienzo. En cambio, los que quedan en el camino al parecer su enfoque va dirigido más hacia los problemas. ¿Ves la diferencia?
Pueden ser objetivos de desarrollo personal, familiar, profesional, financiero, de aventura y hasta de contribuir con el bien social. Sean cuales sean tus metas, es importante que sepas identificarlas.
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¿Cómo puedes organizar tus objetivos y metas personales?
Definir metas y objetivos te permite saber cuál es la ruta a seguir. Aquellos que erróneamente se excusan con la idea de “dejar que la vida los sorprenda”, lo único que hacen es desperdiciar sus recursos y las herramientas que tienen a mano para llegar más lejos.
La vida es igual a un viaje.
Y si te planteas ir de paseo, pero no sabes a dónde vas, con quién, o en qué condiciones, difícilmente vas a conseguir una experiencia placentera y fructífera. Así mismo es la vida, ya que al plantearte metas y objetivos, defines un norte para perseguir.
No se trata de trabajar más fuerte, sino con más inteligencia.
Una guía que puede ayudarte en la planificación estratégica de tus objetivos personales y profesionales estaría constituida de la siguiente manera:
1. Escribe
Sí, usa un papel y un lápiz y escribe lo que te propones. Esto no te quitará más de unos minutos al día.
Empieza por hacer una lista para definir tus metas y objetivos personales. Esto hará que se vuelvan tangibles y los puedas visualizar.
Trata de establecer objetivos personales a largo, mediano y corto plazo. Aquí haremos un alto. Porque los objetivos deben ser factibles, es decir, alcanzables, de lo contrario puede ser contraproducente y aumentar tu nivel de frustración.
La finalidad es que alcances los objetivos y no que te hundas en la desesperación por creer que no eres bueno y valioso en lo que deseas. Mucho cuidado.
Lo más sensato es que te orientes hacia objetivos Smart (inteligente en inglés).
- Específicos
- Medibles
- Alcanzables
- Relevantes
- Tiempo específico para ejecutarlos
Un ejemplo de eso sería:
Quiero ser promovido en mi área de trabajo en menos de 6 meses.
Así deben ser tus objetivos personales, para que sean lo suficientemente claro y sepas cómo alcanzarlos.
2. Los propósitos detrás de cada objetivo
¿Para qué quieres alcanzar ese objetivo? Es probable que al encontrar una razón lo suficientemente potente, acciones ese motor que llevas dentro de ti para llegar más rápido hacia tu meta.
Un ejemplo sería… si quieres bajar de peso, pregúntate cuál es tu motivación: ¿salud o belleza? Entonces visualiza lo que deseas y esfuérzate para alcanzarlo.
3. Establece tareas específicas
Al igual que la vida diaria, lograr tus objetivos personales requiere de distintas tareas específicas. Se trata de las etapas por las cuales deberás atravesar para culminar el camino que vas a emprender.
Un sencillo ejemplo sería: un objetivo para aprender a hablar francés. La primera tarea es determinar con qué tiempo cuentas, buscar un curso online o presencial, determinar los costos…
En otras palabras: significa que dejes de soñar y empieces a moverte hacia tus objetivos.
Realiza una lista corta y precisa de las tareas por cada objetivo. Recuerda que las palabras escritas tienen poder.
4. Empieza a accionar y diariamente haz algo que te acerque a tu objetivo
Empieza ya. Deja de procrastinar. Actúa. Trabaja para que la disciplina y la constancia entren de inmediato en tu vida; si tomas diariamente un tiempo para concretar tu visión, podrás cambiar tu vida.
Imagina que tu meta sea mejorar tu nivel de inglés. Pues si a diario tomas aunque sea unos minutos para aprender algunas palabras, ya en un año visualiza cuántas habrás aprendido.
Sé consiente de lo que haces y esperas, es decir, no hagas las cosas por inercia. Las acciones que mejor se disfrutan son las que se realizan con amor y motivación. No lo olvides.
Tampoco olvides la paciencia. Las metas más ambiciosas y prometedoras toman su tiempo para convertirse en hechos tangibles.
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Consejos finales para establecer y lograr las metas y objetivos personales
Si empiezas por plantearte metas extravagantes y exóticas como ir de viaje por el mundo sin gastar ni un dólar, es natural que esa meta quede muy pronto en el olvido. Pues, a menos que seas millonario o te consigas un buen benefactor, es un objetivo casi imposible.
Con esto queremos decir que te plantees metas realistas y que sean derivadas de los recursos con los que cuentas.
Puedes hacer una lluvia de ideas, anotando en una libreta los que deseas, inclusive, hasta puedes enviarte un correo electrónico a ti mismo con los objetivos que te planteaste.
En el caso de los objetivos económicos, puedes establecer también “las anti-metas”.
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En otras palabras, ¿qué pasaría si no accionas hacia lo que deseas y te imaginas? Estoy seguro de que esa respuesta te motivará para que empieces de inmediato a trabajar.
Anota también los propósitos de tus objetivos: ¿por qué es importante?, ¿a quién beneficia?, ¿cuáles consecuencias positivas traerá? La idea es que sean respuestas motivadoras e inspiradoras.
Otro punto importante es no olvidar las limitantes. No te enfrasques en ellas, pero tampoco las olvides, es decir, entiende que una “supuesta limitación” puede ser una fuente de inspiración vista desde otra perspectiva.
Establece un tiempo límite y si te sobrepasas un poco no te sientas culpable. El objetivo es que llegues, así sea después de lo que pensabas. Evita las comparaciones. Está bien si logras algo en el tiempo que sea, solo compite contigo mismo, puesto que al compararte con los exitos de los demás, es probable que te desanimes o evoques dentro de ti un sentimiento negativo.
En definitiva, con una mayor planificación y claridad en tus objetivos, las probabilidades de que falles serán mucho menor. Por eso, tómate un tiempo, planifícate y empieza el apasionante camino hacia el éxito.
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