El dinero da la felicidad ¿realmente somos más felices si aumentan nuestros ingresos

El dinero da la felicidad: ¿realmente somos más felices si aumentan nuestros ingresos?

La ética moral de la sociedad no se siente tan cómoda al darle al dinero tanto poder sobre la felicidad. Pero ¿qué tan relacionado está el dinero al bienestar personal? ¿Cuánta influencia poseen las riquezas para modificar la felicidad de un individuo?

Ciertamente, el dinero proporciona seguridad, estabilidad emocional y tranquilidad física. Pero ¿hasta qué punto está conectado con la satisfacción o bienestar personal de una persona?

Una montaña de evidencia demuestra que el dinero sí es importante para llevar una vida más feliz, pero no es el único factor responsable para cultivar la felicidad.

La relación del dinero con la felicidad es positiva. Aunque para que ese estado se manifieste, un individuo debe coexistir en conjunto con una paz mental, un equilibrio emocional, coherencia, amor, autoestima, salud, carácter, metas valiosas, un propósito, etcétera.

En fin, la felicidad es ese estado que se cultiva gracias a la convergencia de varios factores.

La cuestión es la siguiente:

Muchos individuos pasan la vida sin entender cómo ser felices. Y al final solo lo comprenden demasiado tarde cuando los años están encima.

Dinero vs felicidad

¿Cuánto dinero hay que tener para ser feliz?

Una investigación realizada en 164 países, permitió asociar una cifra exacta con la plenitud. Un estudio llevado a cabo en 1, 7 m de individuos alrededor del mundo, indicó que el intervalo entre 50 mil euros y 60 mil euros son los ingresos ideales para garantizar la felicidad personal.

No obstante, la verdadera felicidad surge cuando existe la consciencia de cómo usar sabiamente el dinero. Ya que, por ejemplo, comprar por impulso no es una acción que esté directamente asociada con el bienestar personal.

Además, casi por seguro, si logras ganar dinero de forma inesperada, esas emociones positivas (alegría, entusiasmo, felicidad, etc.) suelen durar muy poco en la mayoría de los casos.

Un estudio reveló que los ganadores de la lotería se mostraban casi igual de felices en comparación a unos sujetos de prueba que habían sido víctimas de accidentes graves.

Lo que nos lleva a la siguiente paradoja:

Los ganadores de la lotería no siempre resultan los sujetos más felices, pero la mayoría de las personas siguen creyendo fielmente que si ganan la lotería lo serán.  

¿Los pobres son más felices que los ricos?

«El dinero no da la felicidad», «el dinero no hace felices a las personas»

¿Cuántas veces no habrás escuchado estás frases a lo largo de tu vida?

La gente pobre es menos o mas feliz

Probablemente muchas. ¿Cierto?

Son frases típicas que usualmente repiten hasta el cansancio las personas de escasos recursos.

Quizá porque en el fondo desean tener mucho dinero. O tal vez porque imaginan a las personas más ricas viviendo una vida infeliz y eso les genera una especie de placer malévolo.

No obstante, el dinero sí da felicidad —aunque hasta cierto punto.

Un individuo que nace en la pobreza vive una situación particular donde el dinero suele ser motivo de mucho desespero.

Por lo tanto, en su condición, muchas veces se instalan creencias limitantes que obstaculizan una visión clara acerca de las riquezas.

Pero siendo un poco justos: si la persona más rica del mundo no poseyera salud ni vitalidad para disfrutar de su fortuna, en ese caso, una persona de bajos recursos le ganaría en cuanto a felicidad.

Lo que nos lleva a la siguiente y más poderosa paradoja de este artículo:

A largo de la vida, las personas suelen sacrificar su vida para acumular riquezas. Después se ven obligados a usar todo ese dinero que han acumulado para comprar más salud y tiempo; aunque no por elección.

Dinero vs. felicidad: qué dice la ciencia

La teoría de Maslow sobre las necesidades básicas del ser humano explica cómo la motivación se transforma durante las diferentes etapas de la vida.

Lo que permite evaluar el comportamiento de las personas a la hora de satisfacer sus necesidades, desde las más básicas como comer, beber agua, tener sexo, (entre otras), hasta cumplir el deseo más elevado del ser humano: la autorrealización.

La ciencia explica que el deseo de conseguir dinero está basado en un sesgo muy particular denominado: “sesgo de proyección”.

La idea de que todo será mejor si se obtiene más dinero, es el impulso principal de las personas para moverse en dirección a las riquezas.

Pero no solo es eso lo que motiva a nivel psicológico, sino que la comparación entre personas y la adaptabilidad al entorno, juegan un papel relevante en la motivación de la mayoría de los individuos por obtener dinero.

Las personas suelen proyectarse un futuro mejor al tener más dinero

El panorama se visualiza más atractivo cuando en un futuro se promete una buena suma de dinero.

Sin embargo, la gente olvida que obtener mayores riquezas también conlleva a ganar un estilo de vida con más responsabilidades.

Paralelamente, también coexiste una fase de adaptabilidad, lo que significa que al comienzo te puedes sentir de maravilla, pero luego todo ese estilo de vida se vuelve tan común que se pierde el sentido de la felicidad por el dinero.

Es comparable a esa chica o chico que muere por tener el iPhone nuevo, pero después de un corto tiempo su emoción pierde fuerza y entonces nace el deseo por otro modelo más actualizado.

Si no tienes cuidado con este ciclo de incoherencias, es fácil que quedes atrapado en la caminadora del hedonismo: donde gastas y gastas, pero nunca logras conseguir esa felicidad plena.

La gente es influenciada por los éxitos de los demás

Esto puede resultar positivo desde el punto de vista de la programación neurolingüística. Pero no en este caso.

Compararse funciona como un medidor para calcular que también está una persona en relación con su círculo más cercano.

Es muy común que un individuo base su nivel de satisfacción por la calidad de vida que posean otras personas.

Un profesor nunca va a compararse con estrellas de cine ni con otros personajes famosos, sino que lo hará con sus colegas más cercanos e internamente competirá para medir su realización personal.

Tiempo de descanso. Evalúa la siguiente encuesta y responde con sinceridad: ¿qué opción elegirías?

Cuanto dinero necesitas para ser feliz

La relación entre el gasto y la felicidad no es lineal

Ganar más no significa que vas a conseguir el acceso a la felicidad. De hecho, la felicidad es como ese lugar que se abre únicamente desde el interior. Donde si intentas forzar la puerta desde afuera, solo la cerrarás cada vez más.

La relación de la felicidad y el dinero no es lineal
Curva: felicidad vs. gastos

Esta gráfica del cumplimiento abarca aspectos importantes para entender cómo se relaciona el gasto y el consumo con la felicidad.

Supervivencia

Las necesidades básicas como comer, beber agua o tener un lugar donde vivir proporcionan una gran satisfacción en este nivel de la curva.

Si una persona obtiene un dinero extra estando en este punto, experimentará un grado de bienestar bastante notable.

Comodidades

Si ya tienes cubierta la primera parte de las necesidades, ahora llega el momento de estar más cómodos.

Por eso tomas la decisión de comprar ese sofá que te llamó la atención, un móvil para comunicarte con tus amigos y compartir experiencias, esa camisa particular, una TV para disfrutar de buenas series en Netflix, bebes chocolate caliente en esos días de lluvia.

En fin, tu nivel de satisfacción se eleva, pero no de la misma intensidad como en el primer punto de la gráfica.

Lujos

En la curva, los lujos aportan escaso sentimiento de felicidad. Son comodidades con un poco de excentricidad.

Por eso decides comprar un nuevo juego de muebles para combinarlo con tu sofá, cambias de móvil por un modelo más actualizado, le agregas bizcochos y crema batida a tu tasa de chocolate.

Consumo excesivo

Muy bien. En este apartado te has alejado un poco del sentido que ofrece el dinero y los gastos a la felicidad. Las cosas se han salido de control.

Cambias de hogar por uno más grande, compras una TV del tamaño de la pared del comedor, tu closet tiene tanta ropa que ya no tienes donde colocar más, alquilas todos los canales de streaming aunque solo uses uno, bebes chocolate caliente, pero solo de cacao importado.

El punto idílico de la curva está en la parte de los lujos. Es esa zona donde la vida es grandiosa, tienes satisfecha tus necesidades, gozas de comodidad y seguridad, y también puedes darte lujos que aportan un poco de impulso hacia la felicidad.

El punto quiebre se da cuando llegan los excesos. En esa parte de la curva, aunque gastes y gastes, ya nada de lo que compres te llenará de satisfacción.

Entras en el juego de la cinta de correr hedónica.

Atrapado como una rata por culpa del consumismo

El dinero no da la felicidad es una trampa

En España y Estados Unidos, no tanto en América Latina, las personas viven atrapados en el engaño del consumismo.

Muchos viven la falsa ilusión de que al comprar más cosas sus vidas serán mucho más felices.

Entran en ese círculo vicioso que los psicólogos llaman la cinta de correr hedónica:

Desean tener un aumento de sueldo. Lo obtienen. Ahora su estilo de vida cambia y también sus gastos. Es decir, ya no se pueden costear sus lujos. Quieren otro aumento.

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Cualidades de la gente rica que lleva una vida feliz

No todas las personas adineradas son felices ni tampoco infelices. De hecho, el que se construye desde abajo entiende el verdadero valor de las cosas intangibles.

Sin embargo, todo cambia cuando alguien obtiene dinero de forma fácil y sin esfuerzo.

el dinero es necesario para ser feliz

El dinero sí da la felicidad. Por lo tanto, las personas felices y con buena fortuna entienden la relación que existe entre el dinero y la felicidad. Así que ellos practican lo siguiente:

Llevar una vida con propósito: esto quiere decir que entiendas por qué y para qué ganas dinero. Es prudente que persigas metas significativas y adoptes una rutina en torno a lo que amas hacer.

Practicar el gasto consciente: emplea la consciencia para evaluar si un gasto está alineado con tus valores, metas y propósitos. Si no es así, evítalo sin anestesias.

Apuntar hacia el equilibrio: debes entender cuánto es suficiente para ti. Es necesario que comprendas qué te hace verdaderamente feliz y que no cuando compras algo.

Gasta en experiencias y no en cosas: las personas felices y adineradas concuerdan en que gastar en viajes, salidas, seminarios, etcétera, les produce más placer que cuando adquieren cosas materiales.

Ganar tiempo: de igual manera, todo aquello que se les permita ahorrar tiempo, les genera más tranquilidad y les permite ocuparse en las cosas que sí les produce satisfacción.

Invertir en otros: por último, y no menos importante, practicar el altruismo es una de las mejores acciones para aumentar la felicidad. Un acto al azar desinteresado produce en muchas ocasiones más placer que cualquier otra cosa.

“La forma en que gasta tu dinero es realmente importante para alcanzar la felicidad”.

— Lyubomirsky.

Conclusión

La verdadera felicidad llega cuando consigues ganar dinero a través de un propósito significativo. Esto quiere decir que te enfocas en el valor que ofreces y no en el dinero en sí. Además, llevas una vida simple, disfrutando de las cosas pequeñas, y mantienes en margen todos los gastos ficticios.

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