La mente es considerada voluble, difícil de dominar y tendente a posarse allí donde le place. Pero ¿es propio de la naturaleza de la mente ser tan inquieta todo el tiempo? Vamos a averiguarlo…
Los budistas la comparan con un mono que salta de un lugar a otro en una acción sinsentido. Entonces, ¿existe alguna forma de calmarla para encontrar esa serenidad tan anhelada?
Ciertamente, el mundo está inundado de una gran cantidad de estímulos que compiten por nuestra atención, por lo que hacer dócil una mente agitada, es una tarea algo complicada. Pero no imposible.
Prácticas como el yoga y la meditación son fuentes confiables para llevar una mente más apacible. Aunque también hoy verás algunos consejos efectivos para tranquilizar tu actividad mental y que logres alcanzar esa serenidad plena.
Ya que como dice el refrán:
“Una mente disciplinada trae consigo la felicidad”
-Buda
Si relajas el cuerpo, la mente le seguirá; y viceversa
Un estado de estrés o ansiedad se logra percibir en ciertas partes del cuerpo: tensión en el cuello, una respiración más superficial, movimientos descontrolados, etc.
Esa dinámica del cuerpo se expresa a medida que se forman pensamientos invasivos en la mente.
Si una persona se le pide que piense en algo desagradable, su rostro y su cuerpo en general reaccionarán en conjunto a esa actividad mental.
Por lo tanto, para empezar a calmar la mente es necesario hacerse consciente de algunos aspectos corporales influyentes. En este caso nombraremos tres:
- La respiración.
- La postura corporal.
- Los gestos faciales.
Una respiración acompasada va a generar un ritmo neuronal favorable (estado alfa) y, por lo tanto, cambiará por completo la dinámica del cerebro.
De igual forma, la postura corporal y los gestos son relevantes para determinar la calidad de tus pensamientos.
Una persona que siempre esté con el ceño fruncido, casi por seguro, generará pensamientos que se acoplen a su estado físico.
“No canto porque estoy feliz, estoy feliz porque canto”
– William James
5 ejercicios para relajar y calmar la mente
Encontrar la serenidad mental es algo que no se logra de un día para otro. Hasta ahora has tenido una sola forma de pensar y expresarte, por lo tanto, tener una mente inquieta se ha vuelto parte de tu naturaleza.
No obstante, ya es momento de que pares ese mono saltarín y ganes control sobre tus pensamientos. Así que una forma práctica para lograrlo es llevando a cabo ciertos ejercicios:
Usa la respiración diafragmática
Los budistas en su proceso para alcanzar ese estado meditativo inducido hacia el trance, canalizan su atención hacia la respiración abdominal. Dicha respiración, los conecta paulatinamente con su interior, cambiando la dinámica mental y también la fisiología del cuerpo.
Por lo tanto, usar la respiración diafragmática genera un estado que favorece la calma de la mente y de los pensamientos en sí.
Cambia tu postura y tus gestos
Una mente agitada causa una tensión generalizada. Por eso, para nadie es una sorpresa entender por qué las personas viven con un exceso de peso en los hombros u otras partes del cuerpo. Ya que esos pensamientos invasivos causan un efecto en el exterior.
Así que, si relajas tu cuerpo, cambias a una postura de poder y muestras una sonrisa, en paralelo a una respiración rítmica, la actividad descontrolada que se lleve a cabo en tu cerebro se debilitará y, por lo tanto, podrás tener más control sobre ella.
Nota: al principio es importante preparar el cuerpo para evitar todo obstáculo mientras intentas relajar tu mente. En el momento en que sientas comodidad, puedes aplicar lo siguiente:
Usa imágenes positivas y que evoquen tranquilidad
Al ir preparando el terreno con los ejercicios anteriores para cambiar la mecánica de tu cerebro, ya puedes sugestionar tu mente para entrar en un estado de apacibilidad total.
Si te encuentras en un estado de nerviosismo o ansiedad, o simplemente tus pensamientos no cesan, puedes usar una imagen mental que posea un efecto poderoso de relajación.
Imagínate sentado en la orilla de la playa, escuchando el sonido de las olas y apreciando la inmensidad del océano. Para este ejercicio sigue usando el poder de la respiración. Pon tu atención en la suavidad de la arena y en todos los estímulos que se aparezcan alrededor de ti.
De esa forma, irás despejando tu mente y poco a poco lograrás tener control sobre ella.
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Haz una cuenta regresiva
Un ejercicio efectivo para calmar la mente consiste en contar regresivamente desde el número 20 hasta llegar al 1.
El ejercicio trata de ir visualizando con los ojos cerrados cada número a medida que retrocedes.
Mientras llevas a cabo la cuenta regresiva, mantén una respiración acompasada y rítmica, de tal manera que cada número sincronice con tu exhalación.
Si por alguna razón tu mente se desvía del ejercicio, entonces vuelve a comenzar a contar desde el inicio. Y lo harás así sucesivamente hasta que consigas un par de repeticiones como mínimo.
Imagina colores agradables
Otra forma efectiva de controlar y despejar la mente de pensamientos negativos, se basa en visualizar algunos colores específicos de la manera más intensa posible. Puesto que se sabe que cada color posee un nivel de energía asociado.
El escritor Wolfgang Von Goethe planteó que los colores estaban vinculados a estados de ánimo y a personalidades.
De hecho, se comprobó que un tono rosa es capaz de generar calma en los niños y debilitar físicamente a los hombres.
Es tanto así su efectividad, que en algunas cárceles estaunidense las paredes se pintan de rosa, ya que se ha asociado su efecto con la tranquilidad de los presos.
Colores como el azul, el rosa, el verde o el blanco ayudan a crear un estado armónico mental. Como dato interesante, en algunas ciudades se encontró que, al instalar luces en sus calles con un tono azul, los suicidios y delitos disminuyeron significativamente.
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Conclusión
Los pensamientos negativos o una actividad mental descontrolada agotan de seguro a casi cualquier persona. De hecho, se sabe que el cerebro consume cerca del 30% de la energía total del cuerpo. Así que no es una sorpresa si al final del día terminas siempre más cansado de lo normal, o peor aún, te cuesta levantarte con ganas todos los días.
Así que calmar la mente es una virtud que solo los sabios se animan a conseguir. Ya que una mente apacible se traduce en una vida mucho más completa y feliz. En efecto, cuando consigues control sobre ti mismo, las puertas del universo se te abren y obtienes una especie de energía inagotable. Además, entras en sintonía con lo esencial y mantienes lejos todas las cosas superfluas de la vida.
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