carta a mi madre, miverdadero amor- Nestor y Mari

Carta a nuestra Madre, nuestro Verdadero Amor


En honor a todas las madres del mundo, en especial a Mari, mi compañera de vida y a Carmen, quien entregara su cuerpo para que llegase a este mundo y, a la Madre Naturaleza.

La vida da demasiadas vueltas. Tiene altas y bajas. Pero hay alguien que siempre va a estar ahí para ti. Hay alguien que, sin importar los desagravios y las decepciones, estará ahí para ayudarte. Esta es tu madre.

Hoy, quiero dedicar estas líneas a quien ha sido, es y será mi gran y verdadero amor. Hoy quiero dedicarle esta carta a mi madre.

Madre es Amor

Cuando nos hablan de amor, solemos imaginarnos alguna película. Solemos pensar en algún viaje con nuestra pareja o en un momento romántico. Cuando nos hablan de amor lo primero que nos imaginamos son nubes, rosas y flores. Solemos pensar en el amor de pareja.

madre y su pequeña hija

Cuando nos hablan de amor, nos imaginamos siempre con un tercero. Cuando nos hablan de amor, pensamos inmediatamente en tener hijos. Cuando nos hablan de amor, solemos pensar en que algún día iremos de traje o de blanco a casarnos en la iglesia con el amor de nuestra vida.

Yo hoy quiero proponerles que pensemos en algo distinto. Yo hoy quiero pedirles que cuando pensemos sobre el amor, cuando se trata de amor, pensemos en nuestra madre.

¿Y es que acaso hay un amor más puro, noble y tierno que el amor que nos brinda nuestra madre? ¿Es que acaso hay un amor más incondicional y sincero que el que nos brinda? ¿Es que acaso hay un amor más intenso que el que nos muestra?

El amor de nuestra madre es único. Y se expresa de mil maneras. Ella nos ha amado desde el primer instante que vivimos en el mundo. Nos ha amado desde el primer instante que pudo tenernos en sus brazos.

Nuestra madre nos ha amado desde que tomamos nuestra primera comida y desde que empezamos a dar nuestros primeros pasos.

Nuestra madre nos ha amado desde que pronunciamos nuestra primera palabra. Nos ha entregado su amor desde que, por primera vez, dijimos la palabra “mamá”.

Nuestra madre nos ha amado desde el primer momento en que empezaron a salirnos nuestros primeros dientes.

Nuestra madre nos ha amado cuando lloramos, cuando reímos, cuando jugamos.

Nos ha amado y nos ha tenido un montón de paciencia desde cada mañana que nos teníamos que levantar a la escuela.

Nuestra madre nos ha amado en cada tarea que teníamos que entregar del colegio.

Nos ha amado, y se ha quedado despierta hasta muy altas horas de la noche esperando que llegásemos bien de la fiesta.

Nuestra madre nos ha amado y ha celebrado con nosotros todos y cada uno de nuestros logros.

Nuestra madre ha estado ahí cada vez que nos hemos caído y nos ha ayudado a levantarnos sin pedir nada a cambio.

Nuestra madre es amor. Ella es todo lo que sabemos, todo lo que hemos conocido sobre la definición de amor incondicional.

Nuestra Madre es Solidaridad

Si hay algo que distingue a nuestra madre es el valor de la solidaridad. Siempre ha estado allí presente: brindándonos una mano amigo cuando más lo necesitemos.

Pero también, nuestra madre no solo nos ha enseñado el valor de la solidaridad siendo solidaria con nosotros. Eso sería muy fácil. Nos ha enseñado el valor de la solidaridad siendo solidarios con los demás.

Nuestra madre nos ha enseñado con su ejemplo. Siendo ejemplar y tratando con respeto a todos los demás, estando siempre para sus amigos y dándoles una mano a sus más cercanos vecinos.

Hoy, en esta carta para nuestra madre, queremos rescatar no solo el valor de la nuestra, sino el valor de la solidaridad que todas las madres del mundo nos han enseñado.

Un valor sin el cual no pudiésemos vivir. Un valor sin el cual no pudiésemos funcionar. Un valor sin el cual el mundo no pudiese avanzar, ni construir relaciones.

Nuestra madre nos ha enseñado y ha logrado, como solo ellas saben hacerlo, que el mundo sea un lugar mejor.

Si el mundo es hoy un lugar mejor, más amoroso, más bondadoso, más respetuoso y lleno de más gente de bien, es gracias a nuestras madres.

Nuestra Madre es Disciplina y Responsabilidad

Nuestra madre se ha encargado de enseñarnos muy bien todos nuestros derechos y nos ha enseñado a exigirlos donde sea.

Sin embargo, hay algo que también nos ha enseñado nuestra madre y que es tanto o más importante que exigir nuestros derechos: cumplir con nuestros deberes.

Porque, por sobre todas las cosas, ella es disciplina, pero también es responsabilidad.

nuestra madre es bondad

Nuestra madre es disciplinada en la medida en que le gustan las cosas bien hechas. Nuestra madre nos enseñó la disciplina para que hiciéramos las cosas bien, desde lavarnos siempre los dientes, hasta ponerle la máxima atención a todas nuestras tareas del hogar.

Nuestra madre nos enseñó disciplina y responsabilidad. Nos enseñó a cumplir siempre con nuestros compromisos, a hacer nuestras tareas y a cumplir con nuestros itinerarios.

Nuestra madre nos dio una de las lecciones más importantes que podemos aprender en la vida, que cuando hay amor y este es incondicional, se practica una entrega constante de todos los miedos que existan o puedan surgir hasta dar a luz.

Nuestra madre nos enseñó que las cosas que valen realmente la pena, que perduran para siempre y que nos ayudarán a ser mejores personas, son aquellas que con amor se alcanzan.

Nuestra madre nos enseñó a soñar en grande, pero también nos enseñó a trabajar muy duro por nuestros sueños. Nuestra madre nos enseñó que debemos estudiar mucho y nunca debemos perder las ganas de aprender ni la capacidad de sorprendernos.

Pero nuestra madre nos enseñó algo mucho más importante: no debemos aprender por el simple hecho de sentir que sabemos más que los demás o para humillar. Debemos aprender para ayudar a los demás y para enseñarlos a aprender por ellos mismos.

Debemos aprender no por nosotros, sino para ayudar al mundo a ser un mejor lugar.

Nuestra madre no nos enseñó la arrogancia o la prepotencia, sino que nos enseñó la humildad del saber. Saber para ayudar, saber para que el mundo sea un lugar mejor, saber para compartir con los demás.

Madre es Bondad

Si hay una palabra que define bien el hermoso ser humano que es nuestra madre, esa palabra es bondad.

Nuestra madre es bondadosa. Es la capacidad de consolar y ponerse siempre en el lugar del otro. Es la capacidad de darles a los demás, sin esperar nada a cambio. Son las ganas de ayudar y las ganas de que los demás sean mejores y logren sus metas.

Nuestra madre es la bondad de los que tienen el alma pura, de los que piensan siempre en positivo y de los que creen que un mundo mejor siempre es posible.

Madre es la bondad de los que admiran lo bello que hay en el mundo y que van a querer siempre un mundo en paz.

Nuestra madre es la sensación de bondad que transmite a los demás. Parece haber nacido con una sola meta: transmitir bondad a los demás, mientras hace del mundo un sitio mejor. Más seguro, más pacífico, más respetuoso, pero sobre todo, más bondadoso.

Nuestra madre es la bondad hecha persona. Es la calma cuando estamos en medio de una tormenta. Es la tranquilidad de quienes no consiguen la calma. Es la serenidad de quien no logra tranquilizarse. Nuestra madre es la viva imagen de alguien que ha conseguido estar en paz consigo misma y que su única meta es transmitir esa paz a los demás.

Nuestra madre es bondadosa.

Nuestra Madre es Empatía

Nuestra madre tiene empatía. Desde el primer momento en que vinimos a la vida, ha sido empatía. Se ha puesto siempre en nuestros zapatos. Nos ha ayudado en todos nuestros pasos.

Nuestra madre siempre nos ha escuchado más de lo que ha hablado. Siempre ha estado ahí para escuchar nuestros problemas y las cosas que nos angustian. Es la virtud de quienes saben entender a los demás y hacen siempre un gran esfuerzo para hacerlo.

Nuestra madre es la virtud de quienes buscan aliviar el sufrimiento. Es el vivo ejemplo de que si todos, por tan solo un fugaz momento, nos propusimos tratar con mayor amabilidad a los demás, aunque sea por un instante, el mundo sería un lugar mejor.

Nuestra madre es la amabilidad hecha ser humano. Es la capacidad de tratar bien a todo el mundo. Es la posibilidad de recibir bien a todos con una sonrisa. Nuestra madre es el respeto y el optimismo.

Nuestra madre es quien saluda y transmite felicidad. Es quien le busca el lado bueno a las cosas y es capaz de ver, incluso en el momento más oscuro, un trozo de belleza en el mundo y extraer de este un instante de plena felicidad.

Nuestra madre es el ser que ha logrado transmitirnos y hacernos entender que vinimos a este mundo no solo a ser felices nosotros, sino a tratar de hacer felices a los demás.

Y si no logramos hacerlos felices, al menos que sepan que en nosotros tendrán un amigo que los apoye, una mano que los ayude, un amante que los consuele y alguien en el que siempre podrán contar.

Nuestra madre nos transmitió su manera de ser con la esperanza de que, en un futuro, nosotros pudiéramos intentarlo con los demás.

No sabemos si vamos a poder aplicar las enseñanzas de nuestra madre. Pero sí prometo que lo vamos a intentar.

Nuestra Madre es Esperanza

Esperanza. Qué palabra tan hermosa, como la sonrisa genuina y plena de nuestra madre.

nuestra madre es esperanza

La esperanza es la energía que mantiene al mundo caminando, pero también es el motor que guía las acciones de nuestra madre.

La esperanza es lo bello y la belleza que aspiramos a lograr. La esperanza son dos niños jugando en el parque. La esperanza es un adolescente llevándole flores a su novia. La esperanza son dos novios que se besan y sueñan juntos un lugar mejor.

La esperanza es aquello que nuestra madre buscó transmitirnos siempre al momento de decirnos que ni el cielo podía ser nuestro límite a la hora de soñar. La esperanza es todo aquello en lo que pensamos a la hora de emprender un sueño.

La esperanza es el latido acelerado del corazón cuando pensamos en voz alta una meta, un sueño o algo que queremos lograr.

La esperanza es ese anhelo sagrado que todos guardamos dentro. La esperanza es no solo lo último que se pierde, sino la vida que aspiramos a mantener más viva entre todas para seguir de pie, y seguir soñando.

La esperanza es aquello que nos transmitió mi madre. Ese fuego sagrado que no podemos dejar morir y que tenemos que alimentar para que siga viviendo. La esperanza es eso que siempre hemos aspirado a ser, y que nunca queremos que no sea.

La esperanza no solo es el motor que mantiene vivo al mundo, sino que es una de las experiencias más hermosas que me dejó mi madre.

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Nuestra Madre es la Razón para Sentir que este ya es un Mundo Mejor

¿Alguna vez te has preguntado por qué salimos todas las mañanas de la cama? ¿En algún momento te has detenido a pensar sobre el motivo que nos mueve para mantenernos todos los días caminando? ¿Alguna vez has pensado por qué, aún después de tantas cosas malas, seguimos creyendo?

Yo también lo he pensado mucho. Y luego de ensayar muchas respuestas, creo que la razón principal es nuestra madre.

Nuestra madre nos ha dado la vida, pero también nos ha enseñado a vivirla. Nos ha traído al mundo, pero también nos ha señalado el camino. Nuestra madre lo es todo.

Por eso, por todo lo aprendido y por todo lo vivido, hoy le dedicamos esta carta. Que sirvan estas líneas como testimonio no solo de lo que significa nuestra madre, sino de lo que significan todas las madres del mundo en esta vida y en todas las anteriores vividas.

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