Empatía (inteligencia emocional)

¿Quieres triunfar y ser feliz? ¡Desarrolla la empatía!


Si has seguido mis artículos sobre la inteligencia emocional, sabrás que es imposible alcanzar el éxito en ninguna faceta de la vida si no desarrollas la autoconsciencia, la gestión emocional y la automotivación. Pero hay otra habilidad de la inteligencia emocional que debes tener: la empatía.

¿Qué es la empatía y cuáles son sus características? ¿Por qué es necesario ser empático para triunfar? ¿Se puede desarrollar? Y, de ser así, ¿cómo…? A estas preguntas quiero darles respuesta hoy. Sigue leyendo hasta el final si te animas descubrir cómo esta habilidad puede cambiar tu vida.

¿Qué es la empatía y cuáles son sus características?

empatía

A partir del gr. ἐμπάθεια empátheia.
1. Sentimiento de identificación con algo o alguien.
2. Capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos

Significado de empatía según el Diccionario de la RAE

En su libro Inteligencia Emocional, el psicólogo norteamericano Daniel Goleman define la empatía como la capacidad para sintonizar con los demás. Es decir ser capaz de saber cómo se sienten y lo que piensan, aunque no lo expresen. Una definición de empatía que, como puedes ver, es más completa y profunda que la que nos ofrece el diccionario.

Ahora bien, ¿para qué sirve esta habilidad? ¡Pues para todo! Las personas capaces de empatizar con los demás son más populares, seductoras y persuasivas, por lo que tienen mejores relaciones a nivel personal, laboral, etc. Pero hay algo más, ¡y es también son más felices!

En esto concuerdan todas las grandes tradiciones espirituales como el budismo, el taoísmo y el cristianismo, que resaltan aptitudes muy estrechamente relacionadas con la empatía como el amor por los demás, la compasión y el altruismo como claves de la felicidad.

Y lo cierto es que no se equivocan, porque la ciencia lo ha demostrado fuera de toda duda. Por ejemplo, Daniel Goleman habla de un estudio realizado sobre 1.011 niños que reveló que los que eran más empáticos también destacaban por disfrutar de una mayor estabilidad emocional.

Por eso, la empatía no solo constituye la base de las relaciones interpersonales (ya sean familiares, amorosas, de amistad o laborales), sino que es una de claves para tener una mejor calidad de vida y alcanzar el éxito en todo (especialmente en las ventas, el liderazgo empresarial, la política, etc.).

Y, en el otro extremo, se sabe que la nula capacidad de empatizar es una característica propia de personas con trastorno narcisista de la personalidad, psicópatas, violadores, pederastas, asesinos y dictadores. Porque la empatía es, fuera de toda duda, uno de esos rasgos vitales que nos hace humanos.

Ahora bien, aunque se trata de una habilidad inherente a nuestra especie, algunas personas la desarrollan más que otras. En lo más alto, tenemos a santos como Jesús, Sidarta Gautama (el Buda), Mahatma Gandhi o María Teresa de Calcuta, personas cuyo carisma fue tan grande que jamás serán olvidados.

Pero, una gran empatía no es signo de santos únicamente. Tenemos también líderes históricos como Jorge Washington, Abraham Lincoln, Winston Churchill y Nelson Mandela. Ello por no mencionar a empresarios que cambiaron el mundo y cuyo carisma fue determinante en su éxito. Por ejemplo, Tomás Edison, Walt Disney, Sam Walton, Amancio Ortega y el incomparable Steve Jobs.

Todos ellos cultivaron la empatía desde edades tempranas. Pero en la adultez también se puede desarrollar, tal como ha demostrado Daniel Goleman y muchos otros psicólogos importantes que se han dedicado a estudiar este tema.

Veamos cómo.

dos chicos hablando sobre Que-es-la-empatia-Definicion-de-empatia-segun-Daniel-Goleman

¡Desarrolla la empatía con estos consejos!

1 Entrena la escucha activa

La capacidad de escuchar es una de las habilidades sociales básicas. Sin embargo, la mayoría de la gente no la tiene. ¿Lo puedes creer? Y es que casi todo el mundo quiere hablar de sí mismo en lugar de escuchar al otro. ¡El mundo está lleno de monologuistas!

Por otro lado, están quienes escuchan pero solo para interrumpir, dar su opinión, juzgar a la otra persona o simplemente desviar la conversación hacia ellos mismos. Si observas la mayoría de las conversaciones a tu alrededor, te darás cuenta de ello. Es más, ¡es muy probable que tú lo hagas también!

Así que el primer paso para desarrollar la empatía es entrenar lo que llamamos escucha activa. ¿En qué consiste? En escuchar con auténtico interés y plena consciencia a la otra persona.

Es decir que no solo te limitarás a oírla, sino que pondrás toda tu atención en lo que está diciendo y en cómo lo está diciendo, fijándote no solo en las palabras, sino en los gestos, las expresiones del rostro, la mirada, el tono de voz, etc.

Cuando escuches activamente a alguien, deberás olvidarte de ti mismo (la base de la empatía es, de hecho, dejar ir el “yo”, tema del que te hablaré en breve) y atenerte a las siguientes reglas:

no….

  • distraerse durante la conversación.
  • interrumpir al que habla.
  • juzgar o querer imponer tus ideas.
  • rechazar o menospreciar lo que siente el otro.
  • descalificar al dar tu opinión.
  • contar tu propia historia en vez de escuchar la del otro.

Por supuesto, eso no significa que tengas que estar callado e inmóvil como una estatua durante toda la conversación, sino más bien enfocarte con verdadero interés en el otro, dejando ir tus propias opiniones, prejuicios e intereses mientras la otra persona se esté expresando.

Esto es abrirte de lleno a la otra persona, sentir curiosidad, ser tolerante y paciente… ¡y olvidarte de ti mismo por un rato! ¿No atiendes con auténtica concentración a tu serie de televisión favorita? ¿No te enfocas de lleno en una tarea importante que tienes que hacer…? ¿Por qué entonces no hacerlo con las personas?

2 Presta más atención a las emociones que a las palabras

Un poco más arriba, te sugerí que escucharas no solo lo que tu interlocutor dice, sino cómo lo dice. Es decir prestar atención no solo a las palabras, sino también los gestos, las expresiones del rostro, la mirada, el tono de voz, etc. ¿Por qué? Porque así descubrirás lo que la otra persona siente.

Y esto es más importante que cualquier palabra. A fin de cuentas, la empatía no es una habilidad intelectual, sino una habilidad emocional. Así que es imposible conectar con alguien si no descubres cómo se está sintiendo, qué emociones está experimentando.

Por supuesto, observar el lenguaje corporal (gestos, miradas, postura, voz, etc.) requiere cierto entrenamiento y una manera de saber lo que realmente significan las señales no verbales de la otra persona. Por eso, te recomiendo echarle una lectura a uno de los mejores libros sobre el tema: Cómo conocer a las personas por su lenguaje corporal, de Leonardo Ferrari.

Así todo, recuerda que ningún libro puede dotarte de la habilidad de leer a las personas. Necesitas practicar la observación. ¡Mira a la gente, sé curioso! Hazte el hábito de observar a los demás y preguntarte qué están sintiendo. Créeme que descubrirás todo un universo emocional detrás de los más sutiles detalles.

Pero, tampoco olvides las palabras. ¿Qué hacer si la otra persona no quiere hablar sobre sus emociones…? Esto es bastante común, ya que la sociedad nos enseña a esconder nuestras emociones, a ser “fuertes”, a sonreír aunque nos estemos derrumbando por dentro.

Entonces, repito, ¿qué hacer? Muy sencillo: ¡pregunta! Pregunta por las emociones y no por los datos ni por los hechos. “¿Cómo te sientes?”: estas tres palabras son mágicas. “¿Cómo te sientes?” “¿Cómo te hace sentir que…?” “¿Qué sientas al pensar en…?” ¡Sentir, sentir y sentir!

¿Ves qué sencillo? No tengas miedo de profundizar en las emociones de la otra persona. ¡Muestra tu interés! No importa que no obtengas una respuesta positiva, no importa que te evadan el tema. Esa persona sabrá que te interesas realmente por ella, lo que ya es un punto a tu favor.

Además, su propia reacción te puede dar pistas sobre lo que siente respecto a un asunto en particular, si desarrollas la habilidad de conocer a la gente a través de la observación.

Cómo desarrollar la empatía

3 ¡Dale vacaciones a tu “yo”!

Practicar la escucha activa y prestar más atención a las emociones que a las palabras, puede llegar a ser bastante difícil si no eres capaz de darle vacaciones a tu “yo”. Si todo el tiempo estás demasiado preocupado por ti mismo, tus asuntos, problemas, necesidades, aspiraciones, etc., no habrá espacio en tu mente ni en tu corazón para interesarte realmente en los demás.

Por tanto, si quieres desarrollar la empatía, tienes que aprender a dejar ir ese “yo” que se quiere imponer siempre como el centro del Universo. Ese “yo” que tan bien describe Sigmund Freud en su teoría del psicoanálisis, y que más de 2.500 años atrás el sabio Sidarta Gautama (el Buda) había reconocido como la principal causa del sufrimiento humano.

Ahora bien, ¿cómo hacerlo? Dejar de hacer que todas tus actividades giren en torno a tus aspiraciones y necesidades. Dedícale más tiempo a los demás, llama a tus amigos y pregúntales por cosas que son importantes para ellos, presta tu ayuda desinteresada a desconocidos, busca la compañía de gente con alto grado de empatía, ¡deja de buscar solo la diversión, el placer o el éxito!

Mientras menos pienses en ti mismo y en tus problemas, más empático serás. El cambio se hará sin esfuerzo, automáticamente, inconscientemente. Conviértete en una persona que realmente se interesa por los demás. ¡Deja ir ese “yo” aunque sea una vez al día! ¿No te aburre? Estás con él las veinticuatro horas del día, ¡deja que se tome unas vacaciones!

También te recomiendo la meditación budista, especialmente zazen o la de amor benevolente (metta). Estas dos formas de meditación son una cura infalible contra el egocentrismo, y una vía rápida de desarrollar la empatía, porque te entrenan a abrirte al universo y abrazar con un corazón puro a todos los seres.

Empatia-es-sintonizar-con-los-demas

En resumen…

Desarrollar la empatía te convertirá en una persona más carismática y seductora, con relaciones interpersonales de mayor calidad y una estabilidad emocional que te permitirá afrontar todas las dificultades que surjan en el camino hacia tus metas. Así que no lo dejes para luego: ¡aprende a ser empático ya!

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Practica la escucha activa, centra tu atención en las emociones de los demás y deja que el “yo” se tome unas vacaciones de vez en cuando. Con la práctica, verás que la gente comenzará a verte de manera diferente, y a apreciarte más. Y tú te sentirás mucho mejor. No solo contigo mismo, sino con el mundo entero. Porque la empatía es, como ya vimos, una de las claves de la felicidad.

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